La discriminación más allá del sueldo también está en los precios y es que, de media, la mujer paga un 7% más que los hombres por algunos productos y servicios simplemente por el hecho de ser mujer. La Tasa Rosa es una discriminación silenciosa que también hay que denunciar. El poder de consumo de la mujer es altísimo y además ejerce una gran influencia social como prescriptora, así que está en su mano revertir esta situación
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